Tengo una curiosa fijación navideña. Cuando llega la mañana de Reyes, siempre cuento las bicletas que suben y bajan por la calle. El número varía año tras año, pero para mí, la visión de las relucientes bicicletas es sinónimo de Navidad.
Quizá todo esto viene por el recuerdo de mi propia primera bicicleta. Una flamante BH de color verde...
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