A Tiflis o Tbilisi como la llaman en georgiano se le perdona el caos circulatorio, la locura de coches, las aceras maltrechas, calles ruinosas en contraste con edificios modernos y de cristal sacados de cualquier película futurista. Y es que es de esas capitales entrañables que te acaba conquistando. Llegué con expectativas bajas -cómo no [...
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